El Gobierno de Puerto Rico, al referirse al “Desarrollo Sustentable”, “Desarrollo Sostenible” o “Desarrollo Sostenido”, parece finalmente estar promoviendo un desarrollo integrado considerando aspectos ambientales. Aunque para los no familiarizados con el tema parece ser un adelanto significativo en la dirección correcta, para los más familiarizados se trata más de añadir un adjetivo al concepto tradicional de “desarrollo” aludiendo a asuntos ambientales que de un nuevo modelo de operación gubernamental.
Este “nuevo” adjetivo que ahora acompaña el “desarrollo” es comercialmente capitalizable para los tecnócratas del “desarrollo económico” ya que es fácil de manipular para que incluya los mismos ingredientes del “desarrollo” tradicional ligando las actividades comerciales con la creciente popularización, interés ciudadano y legítima preocupación por los asuntos ambientales. Este “desarrollo” también conocido como “Ambientalismo Corporativo”, es un movimiento notablemente creciente en el mundo y en Puerto Rico en el cual las empresas privadas se han solidarizado apoyando actividades sociales y causas ambientales. Aunque el sector privado es ciertamente bienvenido a contribuir en la búsqueda de soluciones a los problemas que nos aquejan, la realidad es que su envolvimiento y participación en asuntos ambientales está principalmente guiado por su legítimo interés en reducir costos operacionales y en mejorar su imagen y aceptación pública.
El Plan Integral de Desarrollo Estratégico Sostenible (PIDES) de la Junta de Planificación de Puerto Rico (JPPR) define explícitamente los componentes de este “nuevo desarrollo” en los llamados “Pilares del Desarrollo” resumidos en “Desarrollo Físico”, “Desarrollo Económico” y “Desarrollo Social”. Estos llamados “pilares” no son nada nuevos ya que han figurado en documentos previos de la JPPR descritos con lenguaje similar. Ese “Desarrollo Físico” consiste principalmente en construcción, actividad comprobada científicamente como responsable por la mayor pérdida en biodiversidad en el mundo debido a la destrucción del hábitat. El “desarrollo físico ordenado” al que se refiere el PIDES, ha sido parte de la misión de la JPPR desde su fundación y una responsabilidad que ha cedido continuamente a presiones políticas y a desarrollistas inescrupulosos. El problema con estos componentes consiste en que tradicionalmente la práctica ha sido claudicar al “orden” y al “balance” aspirado dando rienda suelta al “Desarrollo Económico” a base del “Desarrollo Físico” a costa del “Desarrollo Social”.
Los promotores del “Desarrollo Físico” y “Desarrollo Económico” consideran toda legislación como un obstáculo a sus proyectos y frecuentemente proponen “flexibilizar” la reglamentación que protege a las comunidades y al mismo gobierno de los excesos de los desarrollistas. Ahora mediante las “Alianzas Público Privadas” se excluyen proyectos de cumplir con legislación que constituyen salvaguardas para la salud y seguridad social, para la sana administración de gobierno y, como si fuera poco, hasta se excluyen de cumplir con la política ambiental. El “Desarrollo Turístico” del PIDES es también parte de ese “Desarrollo Físico” ya que enfatiza en la expansión hotelera en la costa y curiosamente reserva el “ecoturismo responsable” para la zona montañosa como si en la costa no hiciera falta también un turismo responsable. Las zonas costaneras, según los informes del “Panel Intergubernamental para el Cambio Climático” constituyen unas de las más vulnerables a los efectos del “Cambio Climático” principalmente para islas tropicales pequeñas entre las cuales, por exclusión del PIDES, parece que NO cuenta Puerto Rico. Estos “pilares” tienen gran probabilidad de nuevamente culminar en más construcción tradicional esta vez incluyendo energía renovable.
En contraste, la “Sustentabilidad Ambiental” consiste en lograr un balance económico, ecológico y social y trata más sobre alcanzar una mejor “calidad de vida” y crecimiento humano que de una visión física estructural de varilla y cemento e indicadores de “estándares de vida”. El balance económico implica actividad económica en armonía con el entorno natural, protegiendo su integridad, reduciendo la presión sobre los mismos y evitando su explotación y menoscabo progresivo. El balance social implica la modificación de la conducta humana hacia una amigable al ambiente, una sociedad justa de oportunidades para todos y de amplia participación inclusiva de todos los sectores en la solución de los problemas. El balance ecológico implica el estudio científico y la protección efectiva de la integridad ecológica del entorno natural y los ecosistemas. Más allá de una crítica al texto del PIDES, la protección de la integridad ecológica es uno de los “pilares” de “Sustentabilidad Ambiental” pero lamentablemente no constituye uno de los “pilares” del PIDES ni de la JPPR.
En fin, ya son demasiadas las acciones gubernamentales que contradicen las mejores intenciones de la JPPR, el PIDES y su propuesto “Desarrollo Sostenido” como para interpretarlas con optimismo de que representen un cambio significativo. En otras palabras, la “Sustentabilidad Ambiental” NO se logra limitando la participación ciudadana, eliminando mecanismos de autogestión a las comunidades, obstaculizando procesos de objeción administrativa, removiendo salvaguardas constitucionales, aboliendo permisos y promoviendo el frenesí en trámites acelerados, insultando públicamente a líderes comunitarios, cortando la luz y el agua a comunidades menos privilegiadas ubicadas en terrenos inundables mientras los tribunales avalan el desarrollo de proyectos en la costa y zona marítimo terrestre para los más privilegiados, revirtiendo designaciones de reservas naturales y aumentando masivamente el desempleo mientras la mayoría de los puertorriqueños debemos conformarnos con comernos un “limber” esperando “pegarnos en la loto” para disfrutar de ese “Desarrollo Sostenido”.
*El autor es estudiante doctoral candidato a PhD en la Universidad de Purdue y presidente de COSUAM de Puerto Rico “Corporación para la Sustentabilidad Ambiental” (http://www.cosuam.org/).
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