“Las demandas radicadas por INTENOR y varios dueños de canteras son un atentado grave contra el desarrollo y la sostenibilidad de Puerto Rico a corto y largo plazo. Irónicamente ponen también en riesgo a la industria farmacéutica y a cerca de una cuarta parte de la población de la Isla, quienes dependen de la conservación de esta zona para poder satisfacer sus necesidades de agua potable,” declaró Abel Vale Nieves, Presidente de CDK.
Este indicó sentirse sorprendido, sobretodo, por la acción tomada por las tres farmacéuticas y el SUAGM como miembros de INTENOR, cuando en años recientes ambas partes han estado promoviendo diferentes iniciativas o estudios dirigidos a conservar y aprovechar de forma responsable los recursos naturales de Puerto Rico.
El Presidente de CDK añadió que debido a la aprobación de numerosos proyectos de construcción aprobados por el Gobierno durante los pasados años se ha fomentado el desparrame urbano en la zona del karso, aún en aquellas áreas que por su pendiente o por la existencia de sumideros representan un peligro para la estabilidad de estructuras.
Entre los casos de deslizamientos, caídas de rocas, colapsos de sumideros e inundaciones que han afectado viviendas en el karso se destacan en los pasados años se encuentran la Urbanización Valle de Aramaná y el Centro de Diagnóstico y Tratamiento en Corozal, las urbanizaciones Monte Verde y Los Rosales II en Manatí, el complejo residencial Estancias de la Fuente en Toa Alta, la comunidad del barrio Unibón en Morovis, la urbanización Cerca del Cielo en Ponce, la comunidad de Alturas de Bélgica en Guánica, el sector Los Molinas en Lares, y recientemente el sector Pringamosa en Vega Alta, y el Barrio Pajuil en Hatillo.La región del karso ha sido reconocida también por su inmenso valor ecológico. De acuerdo a estudios del Servicio Forestal Federal, del Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre y el DRNA, el karso tiene el mayor número de especies de árboles por unidad de área en toda la Isla, siendo a su vez el hogar de sobre 220 especies de aves, de las cuales 110 son migratorias. Alberga además 35 especies designadas como vulnerables o en peligro de extinción (10 aves, 1 reptil, 2 anfibios y 22 plantas), incluyendo algunas únicas de Puerto Rico.